Chilangueando en provincia VII, VIII y Final

Sé que pasaron dos días sin actualizar, pero la razón fue muy sencilla, el sábado estuvimos todo el día en Tijuana, perdidos con un mapa chafísima, pero al final ya habíamos conseguido todo lo que queríamos, logramos salir y dirigirnos hasta la ciudad de Ensenada (la cual era nuestro destino final) tomando la carretera escénica, que te lleva por toda la costa, a unos metros del mar. Llegamos al mero carnaval en Ensenada, anduvimos dando unas vueltas por ahí, y para adelantar tiempo tomamos la decisión de no quedarnos a dormir e iniciar el regreso hacia Hermosillo (desde donde saldría nuestro avión a Toluca).

Manejamos desde Ensenada hasta Puerto Peñasco non-stop escuchando a los Beatles todo el camino (que siempre hará cualquier viaje mucho más placentero) y decidimos tomar la ruta vinícola, aunque no se pudieron apreciar los viñedos.
Cuando finalmente llegamos a Puerto Peñasco, ya eran las dos de la mañana y buscamos un hotel baratón, pues sólo ibamos a dormir unas horas. No había internet, y por tanto no hubo actualización.

Al día siguiente, nos levantamos muy temprano y salímos con rumbo a Hermosillo, deteniéndonos en Caborca, Santa Ana, y llegando finalmente con tiempo de sobra, lo que nos sirvió para entrar al cine a ver una película muy rara llamada "Duelo de Asesinos", filmada en muchas locaciones muy parecidas a los desiertos y paisajes como los que vimos en los últimos días.

Saliendo del cine, nos fuimos al aeropuerto, vimos el Super Bowl (qué fiasco) y abordamos nuestro aeroplátano, llegando a Toluca a la media noche para tomar todavía un taxi hasta la ciudad de México y, por fin, llegar a casa a descansar y ver a mi noviecita linda.

El viaje fue muy intenso, divertido, lleno de anécdotas, con muchas diferencias a lo que estamos acostumbrados, como el que la camioneta en varias ocasiones se quedaba en la calle, con las cámaras, laptop y todas nuestras cosas en general a la vista y nunca tuvimos un sólo problema, o el ponerse a platicar con desconocidos... hubo gente muy interesante.
Tuvimos un saldo de tan sólo dos accidentes carreteros (ajenos, obvio) una llanta baja (propia), 3 estados, 8 revisiones militares o de sanidad, 4015 kilómetros recorridos en auto, una multa de tránsito, muchísima variedad gastronómica de todos los grupos alimenticios, muchas coyotas y varios kilos de carne seca.

Un agradecimiento muy especial a todos los provincianos, gente muy decente y siempre amable, incluso cuando al escuchar que éramos chilangos, contestaban "dos chilangos en __________ ya es invasión".
Y un agradecimiento más especial a la "burra" (troca) que nos movió por todos los caminos y se porto rete-bien.

Lo mejor, la compañía (gracias Lalo), los paisajes, manejar de noche bajo el cielo estrellado y las camas en los hoteles (disfruté cada una de ellas).
Ya me estoy preparándo para la edición del sureste...