sábado, 22 de marzo de 2008

Oh Canada! Día 3

Nos levantamos tempanito (como hielo) y salimos de Niagara hacia Niagara-On-The-Lake, que como se podrán imaginar, es la población “no tan turística” de Niagara, un lugar muy pintoresco, con una avenida central y sus callecitas aledañas, con casas tipo “victorianas” y cubierto de nieve, chido, muy chido… Después manejamos de regreso a Toronto, para comer y continuar el viaje hacia Collingwood, que es el plan/destino principal en Ontario.
En Toronto no solo hace frío, también hay un viento muy fuerte, que nos hizo buscar refugio en el primer restaurante que encontráramos, pero para nuestra suerte, andabamos caminando por ahí entre las 1500 y las 1530, muy tarde para el almuerzo, pero muy temprano para la comida, así que no tuvimos suerte en los primeros 5 en los que tratamos de entrar… finalmente nos metimos a un bar y con el hambre que traíamos, todo nos supo delicioso.
Salir de Toronto nos tomó una hora, entre los límites de velocidad que deben ser respetados a toda costa y no conocer bien el lugar; a fin de cuentas llegamos a Collingwood un poco después de itinerario, pero todavía con un poco de luz, la casa donde estamos está deliciosa, climatizada, con alfombra y chimenea, con un patio trasero totalmente cubierto con unos 30 cm de nieve y todo esto dentro de un “hotel / fraccionamiento” con alberca permanentemente caliente, canchas de tenis y muchas otras actividades que evidentemente no son para la época actual. Ya compramos comida y por hoy se cierra el mundo. Mañana decidiremos qué hacer.
El cielo está maravilloso, con unas cosas luminosas en el cielo bien raras, les llaman “estrellas”

1 comentario:

lafocalu dijo...

¡Huy, y yo que pense que eran una leyenda urbana! ¿Entonces si existen? ¿Y es cierto que hay muchas, muchas? ¿Y que se ven de noche solamente?